Después de la visita que tuvimos del gato que no decía ni miau, ha venido este nuevo minino, mucho más expresivo que su compañero, al menos en lo que a hablar se refiere.
A pesar de todo, se entienden bien entre ellos. Entre la mirada y el cascabel de uno, y la charlatanería del otro, ya se han puesto al día y ya están por ahí juntos explorando el entorno.
Vaya gato más sonriente!……¡Qué simpaticón!
¡Queremos más!